La complejidad creciente de la configuración de relaciones entre los agentes de las distintas economías, va generando desafíos para obtener información más específica e impacta en los nuevos estándares internacionales y procedimientos para la estimación de los datos que la reflejan.
En Argentina, tanto el Banco Central como el INDEC1 son responsables de la elaboración de las estadísticas del sector externo. En la actualidad existe un trabajo conjunto entre ambos organismos2, intercambiando información y consensuando metodologías3, para satisfacer la demanda de información. El BCRA afronta esa responsabilidad, considerando que es función primordial generar estadísticas de calidad, que permitan proveer información de manera clara, moderna y profesional, pero buscando un equilibrio entre los costos y los beneficios.
Con el objetivo de poder enfrentar estos desafíos, el BCRA se propuso actualizar de manera integral los relevamientos asociados a la compilación de las estadísticas del sector externo. Es por esta razón que se dispuso la creación de un nuevo Relevamiento de Activos y Pasivos Externos4, que amplió los dos relevamientos existentes hasta el momento: el Relevamiento de Inversiones Directas en el País y en el Exterior5 y el Relevamiento de Títulos de Deuda y Otros Pasivos Externos6.
En este marco, el principal objetivo del nuevo Relevamiento de Activos y Pasivos Externos se centra en poder compilar de manera más eficiente las complejas relaciones existentes con actores económicos no residentes, adaptándose a los niveles requeridos internacionalmente, al mismo tiempo que reduce los costos de transacción para los declarantes y para el BCRA.
Los relevamientos de información del sector externo producidos por el BCRA hasta el año 2017 fueron concebidos oportunamente para contribuir a un régimen de política cambiaria caracterizada por un control sobre los flujos de capitales de la economía bajo un esquema de tipo de cambio administrado. En esta línea, el énfasis estaba en obtener, para el total del universo, un detalle pormenorizado de la posición externa deudora de cada residente.
En cambio, el nuevo relevamiento tiene un objetivo primordialmente estadístico, y se centra en recopilar información en forma agregada y conceptualmente más amplia (ya no sólo de los pasivos externos, sino también requiriendo información sobre activos externos y derivados financieros), la cual posteriormente será utilizada para conocer la evolución de los flujos de capitales internacionales, en el marco de una política cambiaria de libre movilidad de capitales.
En la actualidad, se observa una tendencia mundial hacia una mayor utilización de encuestas y técnicas estadísticas, en detrimento de censos o relevamientos que abarcan gran parte del universo7. Mediante el uso de técnicas de inferencia estadística se torna innecesario el relevamiento del universo. Las encuestas basadas en muestras tienen la ventaja de reducir los costos y la carga para los declarantes y para el compilador, además de caracterizarse por ser más flexibles para obtener información en forma más ágil.
En el nuevo relevamiento, la muestra se determina a partir del establecimiento de umbrales definidos en virtud de la tenencia y/o flujos de activos y pasivos externos. Para el resto de la población no encuadrada dentro de los umbrales previstos, de escasa importancia estadística, no constituye un requerimiento obligatorio la presentación de la información.
Ello implica, en términos generales, una reducción de la carga para los declarantes y para el BCRA, no sólo disminuyendo la cantidad de los primeros, sino también la carga de presentaciones anuales por declarante para gran parte de ellos. Así, aproximadamente el 95% de los declarantes, alrededor de 9.000, que realizaban entre 4 y 6 presentaciones con los relevamientos anteriores, pasarían a declarar una única presentación anual.
Otra de las metas perseguidas por el nuevo relevamiento es adecuarse a los últimos estándares internacionales en materia de compilación de estadísticas. En esta línea, se introdujeron mejoras en los métodos de compilación de la información, concentrando los esfuerzos en incrementar la eficiencia en el “qué” y el “cómo” relevar.
Por un lado, se rediseñó el cuestionario, incluyendo información sobre activos externos e información sobre posiciones en derivados financieros. Todos los cambios mencionados se encuentran en línea con las modificaciones introducidas en el año 2009 en la Sexta Edición del Manual de Balanza de Pagos del Fondo Monetario Internacional, y con la creación de los Data Gaps Initiative del G20, en los que las principales economías del mundo reconocieron la existencia de brechas de información sobre las cuales era imperativo trabajar8.
Hasta el año 2016, casi el 70% de los países del mundo, con la excepción de Argentina, ya habían adoptado la Sexta Edición del Manual de Balanza de Pagos, entre los que se destacaban Chile, Brasil y Colombia dentro de los países de América del Sur9. En este contexto y sumado a la intención de Argentina de lograr la membresía de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico10, es que se engloban los múltiples esfuerzos realizados tanto por el BCRA como por los distintos actores del sector público en cuanto a la adaptación del Sistema Estadístico Nacional a los estándares internacionales.
Por otra parte, se modernizó la metodología de compilación, trabajando sobre las plataformas de carga de la información (se ofrece la posibilidad de efectuar la carga en forma masiva extrayendo datos de los sistemas propios del declarante o bien en forma manual) y en la eliminación de los costos de transacción asociados. En este sentido, el nuevo relevamiento se completa en forma electrónica ingresando a través del sitio web de la AFIP y las validaciones de los datos cargados se efectúan en forma más ágil, minimizando errores en la carga y asegurando la consistencia de la información recibida por el BCRA.
De esta manera, se modifica el rol de las entidades financieras, concentradas ahora exclusivamente en la verificación de la presentación del relevamiento11, reduciendo así los costos asociados para el declarante relacionados con el envío de la información. Cabe mencionar que, en los relevamientos anteriores las entidades financieras cumplían una doble tarea: por un lado, eran las intermediarias en la remisión de la información al BCRA y, por otro lado, verificaban el cumplimiento de la norma cambiaria controlando la información puntual de cada operación, previo al acceso al Mercado de Cambios.
También se simplificaron los plazos de presentación, no sólo estableciendo dos únicos plazos de vencimientos (45 días para la presentación trimestral y 180 días para las presentaciones anuales), sino también, acortando el rezago para contar con los datos estadísticamente más transcendentes, reduciendo así los tiempos para disponer de la información. Por otra parte, se extiende el plazo para gran parte de los declarantes, sin que ello implique un costo significativo en la calidad estadística.
A partir de los datos recibidos de una muestra representativa en forma trimestral, el BCRA colaborará con el INDEC en la estimación del Balance de Pagos y Posición de Inversión Internacional, efectuará informes de análisis y difundirá datos que constituirán un insumo básico para cubrir requerimientos de organismos nacionales e internacionales.
A modo de conclusión, frente a la evolución de las estadísticas del sector externo, que buscan mejorar el reflejo de la realidad económica de cada país frente al resto del mundo, el Banco Central ha focalizado esfuerzos para enfrentar el desafío, reduciendo costos, modernizando sus métodos y generando un producto de calidad para la toma de decisiones.