Emisión de ONs: una alternativa de financiamiento bancario que crece

En el último año y medio el crédito hipotecario ha venido experimentando un incremento sin precedentes en el país, principalmente de la mano de los préstamos en unidades de valor adquisitivo (UVAs). Tal como fuera analizado en este mismo blog y en distintos informes publicados por este Banco Central1, ello tiene implicancias para el sistema financiero en general que deben ser consideradas más allá de los nuevos tomadores de créditos.

La contracara de este boom de créditos hipotecarios es la mayor necesidad de financiamiento que experimentan los bancos producto de la afectación de sus fondos a estos y otros préstamos (en moneda doméstica, los préstamos personales, prendarios y comerciales, y en moneda extranjera, las prefinanciaciones de exportaciones). Como una fuente complementaria de financiamiento, muchas entidades comenzaron a emitir obligaciones negociables (ONs).

Las ONs son títulos de deuda emitidos por firmas (en este caso, entidades financieras), por medio de los cuales se comprometen a devolver el capital suscripto más un determinado interés luego de un cierto período de tiempo. Estos títulos pueden tener distintas características: plazo, tasa de interés (fija o variable), periodicidad de pago de intereses (semestral, trimestral), forma de amortización del capital (íntegramente al vencimiento o con amortizaciones parciales), y moneda de emisión y suscripción (en pesos, en monedas extranjeras o incluso en UVAs), entre otras.

A lo largo del año 2016, 25 entidades financieras emitieron 77 ONs por un total de $33.629 millones de pesos de valor nominal (72 en pesos y 5 en dólares), y en 2017, 28 entidades emitieron 92 ONs por un total de $66.196 millones de pesos2,3 (80 en pesos, 9 en dólares y 3 en UVAs). Si se lo compara con años anteriores se puede ver que el saldo de ONs de los bancos se duplicó, tanto en términos reales como en porcentaje de los depósitos. En diciembre de 2015 las ONs representaban un 1,79% de los depósitos totales, mientras que en diciembre de 2017 dicho ratio ascendió a 3,66%.

Específicamente, en el gráfico siguiente se observa que las entidades financieras cuyos préstamos crecieron a un ritmo mayor a sus depósitos son aquellas que a fines de 2017 poseían una mayor relación de ONs sobre activos4.

Recientemente, la Comisión Nacional de Valores (CNV) realizó ciertas modificaciones normativas5. Las ONs en UVAs deberán emitirse con un plazo de amortización no menor a los dos años, y se habilitó la emisión de cuotapartes de Fondos Comunes de Inversión (FCI) y de valores fiduciarios denominados en UVAs. De esta forma, se permite vislumbrar el crecimiento de las emisiones en UVAs y el retorno de la securitización de hipotecas.

La emisión de ONs puede tener varios efectos positivos. Por un lado, contribuye a la diversificación del fondeo de las entidades, y a reducir el descalce y, por otro, constituye una alternativa de inversión para los ahorristas. El primer punto resulta importante en un contexto en el que los bancos están reduciendo la liquidez excedente de la que disponían. A su vez, al tratarse de instrumentos a mayor plazo y de diversas denominaciones, les permite reducir sus descalces, de plazo y moneda. Específicamente, la emisión de ONs en UVAs (complementada con la captación de depósitos en UVAs) puede reducir el descalce con los préstamos en dicha unidad.

A su vez las ONs constituyen una alternativa de inversión para los ahorristas. Se trata de un instrumento de renta fija que puede contribuir a una mayor diversificación de la cartera de los inversores, ya que hasta el momento la amplia mayoría de títulos de este estilo eran emitidos por el sector público. A su vez, estos títulos son accesibles para personas humanas y jurídicas que cuenten con una cuenta comitente, permitiéndose la suscripción a partir de montos relativamente bajos, por lo que de la mano de mayor inclusión financiera podrían ser accesibles para un público amplio y heterogéneo.

En conclusión, el incremento en la emisión de ONs por parte de las entidades financieras da cuenta de la profundización del sistema financiero experimentada en el último bienio, mediante instrumentos que resultan útiles tanto para los inversores como para los emisores. Si bien este proceso es incipiente, en un mediano y largo plazo también sería interesante analizar el nivel de apalancamiento de las entidades y su posible sostenibilidad.